Desde que apareciste tú
en parte desaparecí yo,
me permití abandonar mi cuerpo
por largas horas. A veces.
Aunque siempre decido volver
para recuperar lo que es mío.
El día que recordaste tú
me puse a olvidar yo
y lo hice de casi todos los nombres
que por momentos duelen.
Cuando en ocasiones llegas tú
propongo irme yo
para atender esa parte olvidada
que me busca y llama.
Así y con esta intermitencia
se van sucediendo los días
en que siempre he de volver
al lugar de donde vengo,
por un fallo de memoria
que atenta contra lo que es mío.
